Fin del embudo: La adquisición
Una vez que recibes a un cliente a través del embudo de marketing, puede parecer que le darás las gracias por adquirir tu producto o servicio y nuevamente llamarlo un día y te comprará así de simple, pero esta es la parte más importante del embudo. Solo porque se convirtieron no significa que puedas mantenerlos.
El problema: los prospectos se convierten, pero otras métricas posteriores a la conversión, como los visitantes recurrentes, los pedidos adicionales y las tasas de clics en el correo electrónico, están bajas.
La solución: aquí es donde vas a continuar brindando apoyo a tus otros esfuerzos de embudo de ventas, mediante la entrega de noticias relevantes, estudios de casos y sugerencias que refuerzan la gran decisión que tomó el cliente.
También es donde puedes (suavemente) introducir los tipos de esfuerzos de seguimiento que están estrechamente relacionados con las elecciones del cliente con tu negocio hasta el momento.
El resultado final: Optimización del embudo
Al final del día, vale la pena recordar que, incluso con el embudo de marketing mejor engrasado, algunos prospectos se deslizarán por las grietas. Lo ideal es aprender exactamente lo que tus clientes quieren y dárselo.
Las tasas de conversión pueden bajar, pero tus ingresos pueden aumentar. ¡Eso no es una falla de embudo!. Y, por último, resiste la tentación de alcanzar un cierto “índice de conversión ideal”. No hay un número típico para alcanzar, ni siquiera para las empresas de la misma industria.
Tu tasa de conversión ideal es aquella en la que tu embudo te brinda más ventas, mayor lealtad del cliente y visitas repetidas. Esas son las métricas y los resultados que cualquier empresa puede respaldar.
Y si aún tienes dudas sobre el proceso de optimización de tu embudo, te invitamos a contactar a los asesores de GPS, quienes más rápido que inmediatamente acudirán a tu llamado.